miércoles, 16 de junio de 2010

Vive, ama, valora tu vida



Cada nuevo amanecer reconforta para agradecer a Dios el gran regalo de la vida, en el día a día, con todas las actividades que se realizan, no se puede llegar a olvidar que la vocación más profunda del hombre y el sentido de su presencia en la tierra es el cuidar, proteger, valorar la vida propia y la de sus hermanos, en todas sus situaciones por difíciles y conflictivas que parezcan. Somos servidores de la vida y este es el gran desafío que el momento actual nos plantea. Como hombres y mujeres es importante reflexionar sobre las dimensiones de la persona humana, con el fin de valorar cada momento de sí mismo, la familia, el trabajo y la sociedad, destacando la importancia del ser humano integral, para fomentar el valor de la vida y la dignidad humana. Al realizar dicho análisis, se puede observar como poco a poco las relaciones se van deshumanizando, el contacto con la persona, pasa a un segundo o tercer plano, en la actualidad donde los medios de comunicación cada vez más se tecnifican, se encuentra que las personas están más solas, aisladas en medio de multitudes, se esta siempre de afán y no alcanza el tiempo para poder compartir con los seres queridos momentos especiales y significativos. Es aquí donde es importante fortalecer cada vez más los valores humanos, como el respeto por sí mismo y por el otro, entendido ese respeto como aceptar y comprender al otro tal y como es, aun con las diferencias. Otro factor fundamental es la comunicación, indispensable para mantener buenas relaciones en todos los ámbitos, resulta vital ser consciente que ante eventos difíciles en algunas ocasiones, no se razonan alternativas de solución, contar con una persona que escuche, esta acción, permite salvar vidas. Las habilidades sociales y formas de relacionarse o integrarse dentro de un grupo, permite el desarrollo de una adaptación dentro de la sociedad, es aquí donde la lúdica, la recreación y buen manejo del tiempo libre, proporcionan un medio para estimular el crecimiento y la transformación personal positiva también forman parte de aprender a preservar o renunciar cuando la ocasión lo requiera. La motivación es para recuperar momentos importantes y vitales, mejorar actitudes, y valorar lo que se tiene, fomentar espacios formativos y preventivos, que permitan reflexionar sobre la importancia de valorar cada momento y cada persona, facilitar las relaciones y el trato entre compañeros, motivar a la colaboración como equipo de trabajo y el respeto por sí mismo, por los compañeros y personas con quienes comparten diariamente. Brindar un poco más de esperanza, de consuelo y reevaluar cómo se vive, se ama, se defiende la vida.

Asignación de roles familiares, fomentan valores en los hijos

Admiración de la belleza

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